jueves, 21 de septiembre de 2017

JUEVES DE STUDIO GHIBLI

EL CASTILLO AMBULANTE





Hoy les traigo la reseña de una de las mejores películas de Miyazaki junto con “El viaje de Chihiro” y “Mi vecino Totoro”. Recientemente he recibido alguna que otra influencia para cambiar un poquito el esquema de las críticas que seguirá evolucionando hasta que llegue a un punto donde me satisfaga completamente. Pues sin más dilación, vamos a reseñar.



Ficha técnica
Fecha de salida: 2004
Géneros: Aventuras, Acción, Romance, Fantasía
Director: Hayao Miyazaki
Estudio: Studio Ghibli
Otras Plataformas: Basado en la novela de mismo nombre escrita por Dyana Wynne Jones
Duración: 119 minutos





Resumen


Shopie es una joven de 18 años que trabaja en una sombrerería y suele ser callada y tímida por lo que le cuesta simpatizar con el resto de la gente. Un día, decide ir visitar a su hermana, y mientras está en el camino se encuentra con dos soldados sin muy buenas intenciones . Sin embargo, es salvada por un misterioso chico el cual a su vez está huyendo de unos difuminados monstruos con sombrero. Más tarde, cuando ella llega a la cafetería de su hermana, esta le advierte sobre Howl, un joven mago que se dedica a robar el alma de las mujeres jóvenes. Por la noche, cuando la chica se encuentra trabajando en la sombrerería, la Bruja del Páramo, que presenció el susodicho rescate, entra a la tienda y después de una breve charla le echa un maleficio a nuestra protagonista el cual la hace tener la apariencia de una señora de 90 años. Así, Shopie tendrá que emprender un viaje en busca de Howl y del Castillo Ambulante para así poder librarse de su terrible maldición.






Crítica

Desde un primer momento podemos notar la inmensa mano de Miyazaki sobre la animación de esta película. Y eso es debido a la característica animación que este señor nos tiene acostumbrados. Con un trazo simple y ligero que a su vez tiene mucha claridad en las formas, Miyazaki nos muestra animaciones y dibujos en los que las formas pierden el sentido, pero no por eso dejamos de verlas como cosas bellas. Siempre he pensado que este director aporta una animación en la que el paisaje cuadra perfectamente con los personajes y objetos que aparecen en él, ya sean utópicos o no tengan mucha lógica. Y es que la película contiene formas con dibujos ilógicos e irreales, tal y como el castillo que se parece más a un animal deforme que a un castillo, pero que a su vez son muy bellos y que aportan ese “punto de fantasía” que siempre nos enseña Miyazaki y que consiguen reafirmar el contexto genérico de la película.

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