EL VIAJE DE CHIHIRO.
Granadora del Óscar a la mejor animación...
“Mágica” es seguramente el término que le viene a uno a la cabeza cuando piensa en El viaje de de Chihiro. Suele aplicarse cuando vemos películas que tratan de la infancia desde un punto de vista fantástico, pero no son todas las que se merecen tal término. El viaje de de Chihiro trata del crecimiento personal de una niña torpe y poco apañada a partir de sus experiencias en ese país de las maravillas particular de Hayao Miyazaki. La premisa no es novedosa y el crecimiento personal es un tema recurrente en la filmografía del director, sin embargo es todo lo que envuelve la historia lo que la transciende en una de las películas, y no solo de animación, más importantes de la historia del cine. La imaginación desbordante del director se refleja en cada una de las escenas de la película, sorprendiendo con innumerables seres de diseños diversos y una pasión por el detalle que hace que cada plano sea un cuadro por si mismo. El desarrollo de la historia lleva también un sinfín de sorpresas y escenas tan memorables como surrealistas.
El viaje de Chihiro arranca con la presentación de Chihiro y su familia en el coche mientras están de camino a su nueva casa. Ella esta devastada por el cambio de hogar y se apena por un moribundo ramo de flores que le han dado sus viejos amigos. Los padres, orgullosos y encantados de conocerse, son completamente insensibles a ella y parecen más preocupados por el Audi todoterreno que poseen. Se pierden de camino a su nueva casa y entran en un recinto en el que empezará el mal sueño de nuestra pequeña protagonista. Este es un resumen del inicio de una película que ofrece más, mucho más, de lo que seria capaz de escribir sin aburrir al lector, a parte que es mejor que cada uno la descubra a medida que avanza el metraje. La película te atrapa como pocas otras historias gracias a la inagotable imaginación del director. Dramáticamente resulta entrañable a pesar de la premisa fantástica y guarda un toque terrorífico en la espeluznante situación en la que se encuentra Chihiro.
Acompañando a las imágenes tenemos la excelente composición de Joe Hisaishi, siendo ésta uno de sus mejores trabajos realizados hasta la fecha. Juega con diferentes tonos y melodías para retratar tanto el estado de ánimo de Chihiro como para dar aún más grandeza a las imágenes. Son muchos sus temas memorables, destacando “Day of the River”, “The Sixth Station” y “Reprise”.
Hay una escena concreta de la película donde Miyazaki eleva la historia a otro nivel. Sin entrar en detalles, se trata de un viaje en un tren. Es un momento poético, reflexivo y sumamente personal. Lo que consigue transmitir esa escena va más allá de la historia que nos cuenta. Esta salpicada además de detalles gratuitos que van pasando por pantalla a medida que el tren avanza en su trayecto que ayudan a incrementar esa sensación: desde una casa aislada en medio del mar, a un faro cuya finalidad solo la sabrá el mismo director, o unas luces de neon en medio de la nada. La comentada música de Hisaishi no hace más que engrandecer el momento.
El viaje de de Chihiro es una obra maestra, una película de referencia para la animación y la filmografía del director. La sensación de extrañeza de la historia no resta, todo lo contrario: suma a la experiencia de ver un viaje mágico y especial junto con un personaje tan entrañable como es Chihiro. Podria seguir sin parar, pero como he dicho antes, lo mejor es verla para entender la magnitud del trabajo hecho por este genio del cine.
TRAILER
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